Por parte del MITECO han asistido la subdirectora general de Política Forestal y Lucha contra la Desertificación, Elsa Enríquez, y profesionales de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). En representación del Ministerio del Interior participó responsables de Protección Civil y Urgencias, y de las direcciones generales de la Policía Nacional, Guarda Civil y Tráfico. Junto a ellos, asimismo han asistido integrantes de la Dirección General de Política de Defensa y la Unidad Militar de Emergencias del Ministerio de Defensa, y el director del Departamento de Seguridad Nacional, Miguel Ángel Ballesteros.Plan de actuaciones de prevención y lucha contra los incendios forestales 2020
No obstante, estos incendios son la punta del iceberg de la situación de nuestros bosques en frente de las amenazas del cambio climático, que incrementa el estrés hídrico de los montes y facilitará que la vegetación seca extienda las llamas. Además de esto, fruto del éxodo rural y el cambio de uso del suelo, la ocupación del suelo por considerable suma de vegetación asimismo facilita que no haya espacios que actúen como cortafuegos. Los Proyectos de Autoprotección de Compañías, núcleos de población aislada, urbanizaciones, cámpines, etc, que se encuentren ubicados en zonas de riesgo, así como de asociaciones o Compañías con fines de explotación forestal, establecen las actuaciones a desarrollar con los medios propios de que dispongan, para las situaciones de urgencia por incendios forestales que puedan afectarles. "Esto causa que los incendios tengan una severidad muy alta, con lo que, a pesar de que los incendios son elementos naturales en nuestros ecosistemas, que sean tan intensos no lo es tanto. La intensidad tan elevada está socia al cambio climático y a la acumulación de combustible, de biomasa, de vegetación que no se consume por parte de los animales y piensa una causa efectos como estos incendios tan enormes de quinta y sexta generación, muy complicados de extinguir". Este cambio histórico en Europa es en especial profundo en el área del Mediterráneo, aunque las ubicaciones afectadas se encuentran en el sur, centro y norte del conjunto de naciones.
ACCIONES DE PREVENCIÓN, PREPARACIÓN Y EXTINCIÓN. DISPOSITIVO DEL MITECO
En total, ardieron 5,5 millones de hectáreas que difundieron 182 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. "El Ártico se está calentando un par de veces mucho más rápido que el resto del mundo y, como consecuencia, se están provocando incendios de alta intensidad", afirma el estudio. "Las zonas boscosas y montañosas del sur y centro de Europa son las áreas donde se advierten los mayores aumentos del peligro de incendio", afirma Carnicer. "Estas zonas son grandes reservorios de carbono que estarían conminados por el fuego, como la cordillera de los Pirineos, los macizos Ibérico y Cantábrico en España, los Alpes, el macizo central francés, los Apeninos italianos en Europa central, y las montañas de los Cárpatos, los Balcanes, el Cáucaso y el Póntico en el sureste de Europa". Plan concreto contra incendios forestales del Consejo de Administración de Patrimonio Nacional, contemplándose medidas de prevención, vigilancia y extinción en los espacios naturales gestionados por exactamente el mismo. Por otro lado, el fuego de las quemas agrícolas que efectúan los campesinos para preparar el suelo para los cultivos son otra de las considerables causas antrópicas de los incendios forestales. Llevada a cabo sin atender a las probables consecuencias para el ambiente, la quema agrícola puede convertirse en entre las mayores amenazas de los bosques del mundo.
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En estas condiciones, la vegetación normalmente verde puede transformarse en un combustible inflamable y absolutamente seco; los vientos intensos propagan el fuego con velocidad y las temperaturas cálidas benefician la combustión. Con estos elementos, es suficiente con una chispa -con apariencia de rayo, incendio provocado, una línea eléctrica caída, una hoguera o un cigarro encendido- para ocasionar estragos. Las condiciones climáticas como la temperatura, la velocidad y dirección del viento, el nivel de humedad en el suelo y la atmósfera y la duración de los períodos secos no solo ocasionan sino también dificultan la extinción de los incendios forestales. Esto genera, por su parte, entornos mucho más secos y cada vez más propicios para la ocurrencia de estos asoladores eventos. El Gobierno dió a conocer hoy el dispositivo de lucha contra incendios forestales para la campaña 2022, que empieza este miércoles de forma oficial. Un año más, el operativo tiene dentro la mucho más alta tecnología, como aeroplanos de coordinación y observación, y herramientas satelitales, para ayudar en la prevención y la extinción de los incendios y achicar su impacto, aparte de los efectivos humanos disponibles sobre el lote.
PREVENCIÓN, PREPARACIÓN Y EXTINCIÓN
Así hay CCAA que prohíben, durante todas y cada una de las épocas del año, prender fuego para cualquier empleo distinto de la preparación de alimentos en los sitios expresamente acondicionados al efecto, con la salvedad del empleo del fuego en ocupaciones agrarias. Y en las épocas de mayor peligro de incendios, prohiben prender fuego para la preparación de alimentos o para cualquier otra finalidad. "España pertence a los países que mejor dotado está para la extinción de incendios, y eso provoca la paradoja de la extinción; extinguimos incendios en relación se muestran, por lo que se marcha acumulando poco a poco más biomasa, pues ni se quema ni se consume, con lo que el riesgo de tener grandes incendios va incrementando". "Un incendio suave puede volver como estaba muy de manera rápida, pero en incendios de mayores dimensiones, quizá estemos comentando de mínimo decenas de años.
